jueves, 10 de diciembre de 2015

Violencia de género





A pesar de que cuando hablamos de violencia de género solemos pensar en personas adultas (con un matrimonio de por medio e incluso con hijos) esta no es la realidad con la que nos encontramos en nuestro país si observamos estadísticas de diferentes estudios.
Aunque la violencia de género entre menores no es lo más habitual, las estadísticas muestran que este fenómeno está aumentando en los últimos años.

Muchas jóvenes menores de edad están sufriendo violencia de género por parte de sus parejas.
Por ello, debemos de tener presente este tipo de violencia. Conocer aspectos básicos de la violencia de género y hablar de ello con nuestros hijos es una importante medida de prevención.

Principales tipos de violencia de género:

  • Psicológica: humillaciones, desvalorización, exigencias de sumisión u obediencia por parte de la pareja son actuaciones típicas de la violencia de género psicológica.
  • Física: todo acto contra el cuerpo de la mujer, produzca o no lesiones.
  • Económica: privación del hombre hacia la mujer de recursos económicos básicos (esta se suele dar cuando se convive juntos).
  • Sexual: realización forzosa de actos sexuales sin consentimiento de la mujer.
Actualmente la violencia de género entre menores es mucho más sutil, dándose en gran medida a través de las nuevas tecnologías. Por ejemplo el control abusivo de la pareja a través del whatsapp es violencia de género.
Por ello, es fundamental la prevención y el conocimiento de los principales rasgos del comienzo de la violencia, ya que habitualmente va dándose progresivamente hasta llegar a su punto más fuerte. Cuando esta violencia está en su punto más alto, las mujeres víctimas presentan mayores dificultades para salir de esta situación a causa de la baja autoestima, problemas de autoculpabilización, etc. Debido a esto, es importantísima la detección precoz.

Indicadores psicológicos que nos pueden llevar a pensar en un posible caso de violencia de género:
  • Disminución de la autoestima
  • Insomnio o hipersomnia
  • Dificultad para tomar decisiones
  • Disminución de las relaciones sociales (ejemplo: dejar de salir con su grupo de amigas habitual)
  • Manifestaciones somáticas (ejemplo: dolores de barriga, cabeza...)
  • Mareos
  • Pérdida del apetito
  • Continua vigilancia del móvil (en casos en los que la pareja les controla a través de las redes sociales, muy habitual actualmente)
Indicadores físicos:
  • Hematomas
  • Fracturas
  • Lesiones
  • Arañazos
  • Quemaduras
  • Cortes



Si comenzamos a observar este tipo de conductas en alguna menor a raíz de una relación sentimental debemos tomar las medidas oportunas:
En primer lugar, debemos asegurarnos que estamos ante tales hechos, no podemos dar por sentado que es violencia de género, a no ser que sea un caso muy llamativo. Para ello, podemos hablar con la menor pero siempre sin presionarla (ya que para ellas es una situación muy difícil) y dándole todas las herramientas necesarias para que pueda salir de dicha situación.

Es muy importante ponerse en contacto con un profesional que nos pueda ayudar.

Existen muchas organizaciones o instituciones, como el instituto de la mujer o cruz roja, que dan toda la información y ayuda pertinente (guías de prevención, asesoramiento jurídico, teleasistencia, ayuda psicológica...).




Vídeo campaña contra la violencia de género del Ministerio de Igualdad (20 segundos):












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