miércoles, 22 de noviembre de 2017

Reflexión: MENAS





Debido a que llevo un tiempo sin actualizar y ello se debe a mi nuevo trabajo con MENAS, en esta nueva entrada quisiera hablar de ellos.

Hoy no quiero hacer un post con datos científicos, con pautas de cuidado a los menores, puramente psicológico... hoy sencillamente quiero dar mi opinión, hablar desde un punto de vista humanitario e intentar que todos aquellos que leáis estas pequeñas líneas reflexionéis sobre la situación que viven algunas personas.

Muchos, los que trabajáis en este ámbito de la psicología social con infancia ya sabréis que significa el término MENA; para otros, será un concepto totalmente desconocido.

MENA: "Menor Extranjero No Acompañado"
Es decir, se considera MENA a cualquier chico o chica menor de 18 años que entre en territorio español sin acompañamiento de sus padres o tutores legales, debido a que no entra acompañado y es menor de edad, el estado debe hacerse cargo de ellos sin poder repatriarlos.
Actualmente, es común que muchos jóvenes (la mayoría subsaharianos o magrebíes, pero también sirios, pakistanies y otros niños de países del continente Asiático) vengan a España en busca de un futuro mejor.

Muchas personas piensan que vienen a robar, a quitarnos nuestro trabajo, a pedir ayudas sociales... pero la realidad no es esa (aunque como en todos los países y lugares del mundo también hay personas malas que intentan aprovecharse, pero siempre son la minoría). 

Estos chicos de los que hablo, son niños que dejan atrás a unos padres, a unos hermanos, unos amigos, unas raíces... que si no estuvieran realmente mal no dejarían todo eso atrás, no se jugarían la vida en patera o debajo de camiones para llegar a Europa.

Simplemente vienen en busca de un trabajo.
SOLAMENTE UN TRABAJO, algo que ahora nos parece una fortuna tenerlo, pero que antes sobraban puestos. Algo que nuestra C.E. (constitución española) considera un derecho de cualquier ciudadano. Algo tan simple y tan difícil en estos tiempos...

El problema de todo esto viene con la crisis de España. No hay trabajo para los españoles entonces muchos optan por repudiar a los extranjeros (véase una frase típica que se puede escuchar por cualquier calle "vienen a quitarnos el trabajo"). Pero la realidad es que cuando no había crisis "nadie" quería trabajos en la construcción o en la hostelería y eran esos que ahora repudiamos los que hacían esas labores, pero por aquel entonces no nos importaba que viniesen a realizar esos oficios que nosotros detestábamos.

Con todo esto, no quiero recriminar ni criticar a nadie, todos tenemos nuestro punto de vista y nuestra parte de razón. Solamente pido que pensemos y reflexionemos en torno a estas preguntas:

  • ¿Si tan bien estuvieran en su país, se jugarían la vida para venir al nuestro?
  • ¿Cuántos de vosotros conocéis a gente que migro de España antes, durante y después de la guerra civil?, ¿Iban ellos a robar? 
  • ¿Pensamos lo mismo de un inmigrante de "países subdesarrollados" que de uno de países nórdicos?
  • ¿Si llegamos a estar asi de mal, nos iríamos de nuestro país en busca de un porvenir mejor?


El problema de esta sociedad ("primer mundo" -por llamarlo de alguna manera que todos entendamos-) es que muchas veces no nos ponemos en los zapatos del otro, solamente pensamos en nuestra realidad y no en la de los demás. Y esto no es culpa tuya, ni mía, es culpa de la educación actual en valores. Nos educan para pensar solamente en nosotros, pensando que somos el ombligo del mundo, pensando que somos eternos y que nada en nuestras vidas irá mal, que lo importante solamente es comprar y hacerse fotos para el Facebook, pero eso no es así.
Debemos de comenzar a reeducar en valores, valores de verdad.
Lo principal en una persona no es su belleza, su dinero, cuanta ropa tiene... Lo principal es ser persona. 
¿Qué es para mí ser persona? ser humanitarios, ayudarnos, ponernos en la piel del otro, querer a las personas por lo que son en su interior, no por sus apariencias... Valores básicos que se van perdiendo en esta sociedad capitalista.

Recuerda:
El color de la piel o la nacionalidad no determina a las personas. Lo que las determina son sus actos.
Todos tenemos los mismos órganos, la misma sangre, los mismos huesos... todos somos IGUALES. 







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